El poder de la hipnosis de sigmund freud
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Las ideas de freud sobre la hipnosis, la asociación libre y la interpretación de los sueños
Hasta finales del siglo XIX, la psicología era una rama de la filosofía que se ocupaba de las especulaciones sobre la mente humana. No existía una práctica experimental o terapéutica de la psicología tal y como se conoce hoy en día. Mucha gente piensa que la psicología profunda se originó únicamente a partir de las ideas analíticas de Freud presentadas en su obra La interpretación de los sueños en 1899. Sin embargo, la psicología profunda y el psicoanálisis se originaron en realidad a partir de las prácticas de la hipnosis, el mesmerismo y otras disciplinas esotéricas anteriores.
Hasta finales del siglo XIX, la psicología era una rama de la filosofía que se ocupaba de las especulaciones sobre la mente humana. No existía una práctica experimental o terapéutica de la psicología tal y como se conoce hoy en día. Mucha gente piensa que la psicología profunda se originó únicamente a partir de las ideas analíticas de Freud presentadas en su obra La interpretación de los sueños en 1899. Sin embargo, la psicología profunda y el psicoanálisis se originaron en realidad a partir de las prácticas de la hipnosis, el mesmerismo y otras disciplinas esotéricas anteriores. Franz Anton Mesmer (1734-1815)
Por qué freud abandonó la hipnosis
La hipnosis es una condición humana que implica una atención focalizada (la hipótesis de la atención selectiva/inatención selectiva, SASI),[2] una reducción de la conciencia periférica y una mayor capacidad de respuesta a la sugestión[3].
Existen teorías que explican la hipnosis y los fenómenos relacionados. Las teorías del estado alterado ven la hipnosis como un estado mental alterado o trance, marcado por un nivel de conciencia diferente del estado ordinario de conciencia[4][5] En cambio, las teorías no estatales ven la hipnosis como un tipo de efecto placebo,[6][7] una redefinición de la interacción con el terapeuta[8] o una forma de representación imaginativa de roles[9][10][11].
La hipnosis suele comenzar con una inducción hipnótica que implica una serie de instrucciones y sugerencias preliminares. El uso de la hipnosis con fines terapéuticos se denomina “hipnoterapia”, mientras que su uso como forma de entretenimiento para el público se conoce como “hipnosis de escenario”, una forma de mentalismo.
La hipnosis para el tratamiento del dolor “es probable que disminuya el dolor agudo y crónico en la mayoría de los individuos”[14] Las terapias basadas en la hipnosis para el tratamiento del síndrome del intestino irritable y la menopausia están respaldadas por pruebas[15][16][17][18] El uso de la hipnosis para el tratamiento de otros problemas ha producido resultados mixtos, como en el caso de dejar de fumar[19][20][21] El uso de la hipnosis como forma de terapia para recuperar e integrar traumas tempranos es controvertido dentro de la corriente científica. Las investigaciones indican que hipnotizar a un individuo puede contribuir a la formación de falsos recuerdos,[22] y que la hipnosis “no ayuda a las personas a recordar los acontecimientos con mayor precisión”[23].
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INCLUSO en sus caprichos el uso del lenguaje se mantiene fiel a algún tipo de realidad. Así, da el nombre de “amor” a una gran cantidad de tipos de relaciones emocionales que nosotros también agrupamos teóricamente como amor; pero, por otra parte, siente la duda de si este amor es real, verdadero, actual, y así insinúa toda una escala de posibilidades dentro de la gama de los fenómenos del amor. No tendremos ninguna dificultad en hacer el mismo descubrimiento empíricamente. 1
En una clase de casos, estar enamorado no es más que una catexis objetal por parte de los instintos sexuales con vistas a la satisfacción directamente sexual, catexis que, además, expira cuando se ha alcanzado este objetivo; es lo que se llama amor común, sensual. Pero, como sabemos, la situación libidinal rara vez permanece tan simple. Era posible calcular con certeza la reanimación de la necesidad que acababa de expirar; y éste debió ser, sin duda, el primer motivo para dirigir una catexis duradera sobre el objeto sexual y para “amarlo” también en los intervalos sin pasión. 2
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En 1923, Freud publicó su importante artículo “El ego y el yo”. En él desarrolló y dilucidó su modelo de la mente humana, introduciendo su formulación “Superego-Ego-Id” para sustituir la estructura “consciente-preconsciente-inconsciente” descrita en La interpretación de los sueños. En este año Freud también descubrió un crecimiento precanceroso en su mandíbula, seguramente causado por su consumo regular y abundante de cigarros. No obstante, se vio incapaz de abandonarlos y comparó su adicción a ellos con su obsesivo coleccionismo de antigüedades. Más tarde, el tumor se convirtió en un cáncer que le causaría la muerte dieciséis años después.
Por invitación de la Sociedad de Naciones y de su Instituto Internacional de Cooperación Intelectual de París, en 1932 Albert Einstein inició un intercambio de cartas (para su posterior publicación) con Freud, sobre el tema de la guerra y cómo evitarla. Einstein y Freud se habían conocido varios años antes en Berlín y estaban muy interesados en el trabajo del otro. Sólo un año después de este intercambio epistolar, en 1933 Hitler fue elegido Canciller del Reich alemán. En 1930 Freud había sido galardonado con el Premio Goethe por sus contribuciones a la psicología y a la cultura literaria alemana, pero en enero de 1933, los nazis, recién investidos de poder, confiscaron los libros de Freud, entre otras muchas obras psicoanalíticas y de autoría judía, y los quemaron públicamente en Berlín. Los nazis describieron esta destrucción como una acción “contra la glorificación de la vida instintiva que destruye el alma, por la nobleza del alma humana”. Mientras tanto, el comentario de Freud sobre estos procedimientos bárbaros era bastante más irónico: “Qué progreso estamos haciendo. En la Edad Media me habrían quemado. Ahora, se contentan con quemar mis libros”.