Dafne historia de la mitología griega
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Los alumnos se introducirán en el mito griego de Apolo y Dafne mediante el análisis crítico del cuadro Apolo persiguiendo a Dafne, de Tiépolo. A continuación, diseñarán un escudo con los símbolos que mejor representen su personalidad y sus intereses. Como clase, los alumnos jugarán a adivinar quién creó cada diseño basándose en estos símbolos.
Hermosa doncella, estás perdida para mí. Pero al menos serás mi árbol. Con tus hojas mis vencedores se cubrirán la frente. Tendrás tu parte en todos mis triunfos. Apolo y su laurel se unirán allí donde se canten canciones y se cuenten historias.
A lo largo de su carrera, Tiepolo pintó cuadros de temas mitológicos. Los temas de estas obras proceden de las historias más conocidas de la literatura antigua. Esta representación de Apolo y Dafne procede directamente de las Metamorfosis de Ovidio. Tiepolo nació en Venecia y, al igual que otros pintores venecianos que le precedieron, pintó con una brillantez solar, deleitándose con el color y la luz. A los veinte años, ya se había ganado una reputación internacional y se convirtió en el pintor más importante de Venecia en el siglo XVIII. Aquí representa el momento de la metamorfosis o transformación de Dafne, cuando sus manos se convierten en ramas, su pierna izquierda se convierte en un tronco de árbol y su cuello se endurece hasta convertirse en corteza.
Resumen de la historia de Apolo
Apolo, dios griego del Sol, era el original superador. No es de extrañar que se convirtiera en el hijo favorito de su padre. A la tierna edad de 4 días, mostrando un increíble talento para el tiro con arco, Apolo mató a la gigantesca serpiente llamada Pitón (en algunos mitos era un dragón) que había estado acosando a su madre.
El dios griego Apolo y su hermana gemela Artemisa nacieron de Leto (una diosa titán que fue preñada por Zeus durante una de sus numerosas aventuras. El nacimiento de los gemelos no fue fácil, ya que su pobre madre, Leto, había sido perseguida durante todo su embarazo por una gigantesca serpiente llamada Pitón y no había tenido ni un momento de descanso. Al ponerse de parto, finalmente encontró un lugar seguro y aislado donde pudo dar a luz. Pero tras el nacimiento de la primera gemela, Artemisa, Leto estaba demasiado agotada para continuar. Artemisa, nacida apenas unos minutos antes, tuvo que tomar el control de la situación y convertirse en la comadrona de Leto, ayudando a su madre a dar a luz con seguridad al pequeño Apolo.
Zeus dio la bienvenida a los gemelos regalándoles a ambos arcos y flechas de plata, prometiendo a Artemisa que nunca tendría que casarse si no lo deseaba, y regalando a Apolo un magnífico carro de oro que era tirado por cisnes.
Apolo dios griego
Según la leyenda, un día un sátiro (criatura mítica mitad hombre y mitad cabra) llamado Marsyas desafió al poderoso dios de la música, Apolo, a un concurso musical. Apolo aceptó el reto, y los concursantes pidieron al dios de la montaña Tmolus y al rey Midas que fueran los jueces. Primero Marsyas tocó una sencilla melodía con su pipa. A continuación, Apolo tocó su lira (o arpa) con gran belleza.
Cuando la música terminó, Tmolus eligió a Apolo como ganador porque pensaba que el sonido de su lira era lo más celestial que había escuchado. El rey Midas eligió al sátiro. Apolo se enfadó y convirtió las orejas de Midas en las de un burro en señal de necedad.
La historia de Apolo y Dafne
Desde que tenía diez años, me ha fascinado la mitología, en particular la griega, con su conjunto de dioses, monstruos y héroes. Aunque cada dios es notable a su manera, Apolo me pareció especialmente interesante.
A Apolo no le importaba que sus amantes fueran hombres o mujeres. Las más famosas, sin embargo, fueron Dafne, una ninfa de la que Apolo se enamoró tras ser alcanzada por la flecha de Cupido (pero a Dafne no le gustaba, ya que le habían disparado una flecha de plomo que le causaba repulsión a Apolo, por lo que su padre, el dios del río Peneo, la convirtió en un árbol de laurel para salvarla de los avances del dios); y Jacinto, un príncipe espartano que era amado tanto por Apolo como por Céfiro (lo que provocó tales celos entre ellos que al final Céfiro mató a Jacinto con un disco en la cabeza).
Hera, enfadada por el romance de Zeus con Leto, intentó matarla de muchas maneras diferentes. Mientras Leto estaba embarazada, Hera envió a Pitón, una serpiente gigante, para que la atacara; y más tarde envió a Tityos, un gigante, en un intento de conseguir su ansiada venganza. A Apolo no le hizo mucha gracia y mató tanto a Pitón como a Tityos. Algunos relatos dicen que bastó una sola flecha cada vez para abatir a los dos monstruos. De manera impresionante, Apolo derrotó a la poderosa Pitón con sólo cuatro días de vida.