Positivismo lógico
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El positivismo”, escribe Giddens, “se ha convertido hoy en día más en un término de abuso que en un término técnico de la filosofía”[1] Aunque hoy en día son pocos los que se autodenominan “positivistas”, la influencia del positivismo sigue estando muy extendida, y ejerce una considerable influencia sobre las ciencias naturales y sociales, tanto explícita como implícitamente. En los años transcurridos desde que el término fue popularizado por Augusto Comte, el enfoque ha pasado por varias etapas de evolución, aunque varios elementos centrales han permanecido en su núcleo. Este ensayo comenzará examinando cuáles son estos elementos, cómo han cambiado a lo largo del tiempo y qué aspecto tiene el positivismo en la actualidad. A continuación, considerará los puntos fuertes y débiles de la epistemología -tanto en su contexto más amplio como con referencia específica a su aplicación en las ciencias sociales- y concluirá que, aunque el intento del positivismo de presentar un conocimiento definitivo del mundo es encomiable, en última instancia es defectuoso. Su excesiva confianza en sus pretensiones de objetividad y empirismo no resiste el escrutinio cuando se utiliza tanto en las ciencias sociales como en las naturales, por lo que no se puede considerar que realmente “funcione”.
Positivista frente a interpretativo
El positivismo es una teoría filosófica empirista que sostiene que todo conocimiento genuino es verdadero por definición o positivo, es decir, hechos a posteriori derivados por la razón y la lógica de la experiencia sensorial[1][2] Otras formas de conocimiento, como la teología, la metafísica, la intuición o la introspección, se rechazan o se consideran sin sentido.
Kieran Egan sostiene que el positivismo se remonta a la vertiente filosófica de lo que Platón describió como la disputa entre la filosofía y la poesía, posteriormente reformulada por Wilhelm Dilthey como una disputa entre las ciencias naturales (en alemán: Naturwissenschaften) y las humanidades (Geisteswissenschaft)[7][8][9].
A principios del siglo XIX, los enormes avances en las ciencias naturales animaron a los filósofos a aplicar los métodos científicos a otros campos. Pensadores como Henri de Saint-Simon, Pierre-Simon Laplace y Auguste Comte creían que el método científico, la dependencia circular de la teoría y la observación, debía sustituir a la metafísica en la historia del pensamiento[10].
Pospositivismo
Resumen. El debate central dentro de la filosofía de las ciencias sociales ha versado sobre la unidad metodológica de las ciencias naturales y sociales. Sin embargo, la forma en que se ha llevado a cabo el debate es fundamentalmente errónea. Esto se debe a una concepción particular de la ciencia, la del positivismo. El criterio principal es el estudio de los fenómenos sociales y argumentar que una posición olvidada en la filosofía de la ciencia natural, el realismo teórico, o el realismo, debe ser explorada como un marco apropiado para la ciencia social.
La concepción positivista de la ciencia se extiende a la aplicación de las humanidades. Las ciencias sociales no son más que un estudio sistemático del ser humano en la sociedad. En otras palabras, las ciencias sociales tratan de estudiar de forma significativa la acción del ser humano. Así, el estudio de la acción significativa del hombre es el verdadero objetivo de toda ciencia social. La acción humana es un fenómeno muy complejo y, por lo tanto, todas las ciencias sociales intentan arrojar luz sobre sus características científicas. Así, la economía estudia las actividades económicas en términos de producción, distribución, etc., mientras que la psicología considera las actitudes mentales y la antropología estudia al hombre antiguo; por otro lado, la sociología estudia las acciones sociales y las interacciones de los hombres y la política arroja luz sobre las actividades políticas. La característica más importante de las ciencias sociales es que estudian la acción humana de una manera muy sistemática, de tal manera que alcanzan el estatus de lo que llamamos una ciencia.
Investigación del positivismo
La metodología, que es una de las áreas más importantes sometidas por la filosofía de las ciencias sociales, determina la posición epistemológica y ontológica de la práctica científica. En este punto, el presente estudio se propone analizar críticamente la epistemología positivista en la práctica científica social, al tiempo que arroja luz sobre el carácter inevitable de la metodología interpretativa para este ámbito. Más concretamente, el estudio ilustrará los valores y la tradición normativa en concreto de los sujetos y actores de la investigación en ciencias sociales. Al hacerlo, el estudio afirmará que el enfoque naturalista, que se centra en las relaciones de causa y efecto al examinar los fenómenos sociales, se mostrará como una tradición inapropiada en las ciencias sociales en comparación con la metodología interpretativa. Por otra parte, se examinará la comprensión de “la ciencia social por el bien de la sociedad” en lugar de la idea de “la ciencia social por el bien de la ciencia social”.